domingo, febrero 22, 2009

El Palacio de la Luna


Fue el verano en el que el hombre pisó por primera vez laluna. Yo era muy joven entonces, pero no creía que hubiera futuro. Quería vivir peligrosamente, ir lo más lejos posible y luego ver qué me sucedía cuando llegara allí. Tal y como salieron las cosas, casi no lo consigo. Poco a poco, vi cómo mi dinero iba menguando hasta quedar reducido a cero; perdí el apartamento; acabé viviendo en las calles. De no haber sido por una chica que se llamaba Kitty Wu, probablemente me habría muerto de hambre. La había conocido por casdualidad muy poco antes, pero con el tiempo llegué a considerar esa casualidad una forma de predisposición, un modo de salvarme por medio de la mente de otros. Esa fue la primera parte. A partir de entonces me ocurrieron cosas extrañas. Acepté el trabajo que me ofreció el viejo de la silla de ruedas. Descubrí quién era mi padre. Crucé a pie el desierto desde Utah a California. Eso fue hace mucho tiempo, claro, pero recuerdo bien aquellos tiempos, lo recuerdo como el principio de mi vida.
Llegué a Nueva York en el otoño de 1965. Tenía entonces dieciocho años, y durante los primeros nueve meses viví en un colegio universitario. En Columbia, a todos los estudiantes de primer año que no fueran de la ciudad se les exigía vivir en el campus, pero cuando terminó el curso me trasladé a un apartamento de la calle 112 Oeste. Allí fue donde viví durante los siguientes tres años, hasta el mismo momento en que toqué fondo. Teniendo en cuenta lo adversas que me eran las circustancias, fue un milagro que durara tanto.

Hace no mucho leí otro de Paul Auster, pero del Paul que me gusta, no el de los últimos tiempos. En este relato nos volvemos a encontrar una historia muy bien contada y desarrollada donde, como no, el principal personaje es la casualidad o el azar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy en la libreria ví "Un cuento de Navidad, por Auggie..." de Paul Auster. Es ese relato del final de la hermosa película "Smoke" (o mal traducida "Cigarros"). Y encima tenía unas ilustraciones muy lindas.
De no ser porque ya habia gastado de más, lo hubiera comprado seguro.

Saludos!