sábado, septiembre 05, 2009

Tu rostro Mañana. 2 Baile y Sueño


Ojalá nunca nadie nos pidiera nada, ni casi nos preguntara, ningún consejo ni favor ni préstamo, ni el de la atención siquiera, ojalá no nos pidieran los otros que los escucháramos, sus problemas míseros y sus penosos conflictos tan idénticos a los nuestros, sus incomprensibles dudas y sus meras historias tantas veces intercambiables y ya siempre escritas (no es muy amplia la gama de lo que puede intentar contarse), o lo que antiguamente se llamaban cuitas, quién no las tiene o si no se las busca, ‘la infelicidad se inventa’, cito a menudo para mis adentros, y es una cita cierta cuando son desdichas que no vienen de fuera y que no son desdichas inevitables objetivamente, no una catástrofe, no un accidente, una muerte, una ruina, un despido, una plaga, una hambruna, o la persecución sañuda de quien no ha hecho nada, de ellas está llena la Historia y también la nuestra, quiero decir estos tiempos inacabados nuestros (y hay hasta despidos y ruinas y muertes que sí son buscados o merecidos o que sí se inventan). Ojalá nadie se nos acercara a decirnos ‘Por favor?’, u ‘Oye’, son palabras primeras que preceden a las peticiones, a casi todas ellas: ‘Oye, ¿tú sabes?’, ‘Oye, ¿tú podrías decirme?’, ‘Oye, ¿tú tienes?’, ‘Oye, es que quiero pedirte: una recomendación, un dato, un parecer, una intercesión, o consuelo, una gracia, que guardes este secreto o que cambies por mí y seas otro, o que por mí traiciones y mientas o calles y así me salves’.


No digo nada nuevo, Javier Marías es exquisito a la hora de escribir y qué decir de sus geniales comienzos de novela? Es sorprendente como desarrollando tan poco de la trama en este segundo volumen te puede cautivar de esa manera. Si tienes ganas de que te hagan reflexionar sobre cualquier tema mundano o importante, Javier es tu autor. Y poco más podemos decir de este libro, que es una pasada y que la trama es lo de menos. Ahh… superdivertida la paranoia del origen de una gota de sangre que aparece en unas escaleras de madera. Fiebre y Lanza

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