lunes, octubre 05, 2009

La mujer del viajero en el tiempo, de Audrey Niffenegger


Sábado 26 de octubre de 1991; Henry tien 28 años, y Clare,20
CLARE: Hace fresco en la biblioteca, y huele a limpiador de moquetas, a pesar de que observo que el suelo es de mármol. Firmo en el listado de visitantes: Clare Abshire, 11.15, 26/10/91, Antologías especiales. Nunca había estado en la biblioteca Newberry, y ahora que he traspasado la oscura y sobrecogedora entrada, estoy nerviosa. La biblioteca me inspira la misma sensación que la de una mañana de Navidad, como si se tratara de una enorme caja llena de preciosos libros. El ascensor está poco iluminado, y resulta sorprendentemente silencioso. Me detengo en el tercer piso y relleno un formulario para solicitar el carnet de socia, luego subo al departamento de Antologías Especiales. Los tacones de mis botas repiquetean en el suelo de madera. La sala está en silencio y abarrotada de gente, repleta de sólidas y recias mesas con montones de libros encima y lectores entorno a ellas. La luz matutina y otoñal de Chicago brilla y se cuela por los altos ventanales. Me acerco al mostrador y cojo unos cuantos papelitos de solicitud. Estoy escribiendo un trabajo para la clase de Historia del Arte. Mi tema de investigación es el Chaucer de Kelmscott Press. Voy a buscar el
libro y relleno un papelito para pedirlo; pero también quiero consultar textos sobre la confección del papel en Kelmscott. El catálogo es confuso. Regreso al escritorio para pedir ayuda. Mientras le explico a la mujer que me atiende lo que intento localizar, ella hecha un vistazo por encima de mi hombre y advierte a de alguien que pasa detrás de mí.
- Quizá el señor DeTamble pueda ayudarla- me dice.
Me doy la vuelta, dispuesta a repetir mi explicación, y me encuentro cara a cara con Henry.


Una historia mágica , conmovedora y no convencional. Un individuo que es capaz de
moverse por el tiempo, no importa si el viaje es hacia el pasado o el futuro. Pues con un tema tan manido, el viaje a través del tiempo, la autora demuestra mucha inteligencia y saber hacer. En cada página nos sorprende y es gracias a que el viajero del tiempo no decide por voluntad ni el momento, ni la duración, ni el lugar al que se dirige. Además no puede llevar ni traer nada al pasado o al futuro, cabe decir que ni ropa, osea que siempre aparece desnudo en el peor de los lugares y momentos.

2 comentarios:

Isi dijo...

Me encantó, es muy romántico. Y me encanta que haya cosas que no le cuente de los viajes: aunque sabe casi todo lo que va a pasar, se calla muchas cosas, porque hay cosas que deben dejar que pasen al azar.

Mork dijo...

Tú crees q había azar? para ella si pero para los otros 2 no. A mi me pareció una lectura muy interesante.