viernes, enero 01, 2010

Saber Perder por David Trueba


El deseo trabaja como el viento. Sin esfuerzo aparente. Si encuentra las velas extendidas nos arrastrará a velocidad de vértigo. Si las puertas y contraventanas están cerradas, golpeará durante un rato en busca de las grietas o ranuras que le permitan filtrarse. El deseo asociado a un objeto de deseo nos condena a él. Pero hay otra forma de deseo, abstracta, desconcertante, que nos envuelve como un estado de ánimo. Anuncia que estamos listos para el deseo y sólo nos queda esperar, desplegadas las velas, que sople su viento. Es el deseo de desear.
Sylvia está sentada al final de la clase, fila de la ventana, penúltimo lugar. Tras ella sólo tiene a Colorines, un colombiano vestido con el chándal de la selección española que dormita a través de las clases del día. Sylvia cumple dieciséis años el domingo. Parece mayor, su actitud algo distanciada la eleva sobre los compañeros. Esos mismos compañeros que ahora estudia.
No es ninguno. Ninguna de estas bocas es la boca que quiero que roce mi boca. Ninguna de esas lenguas la quiero enredada en mi lengua. Nadie tiene los dientes que morderán mi labio inferior, mi lóbulo de la oreja, un rincón del cuello, el pliegue de mi vientre. No es ninguno.
Ninguno.
Sylvia está rodeada en clase por cuerposa medio hacer, caras inconexas, brazos y piernas de equivocadas proporciones, como si todos crecieran a impulsos desordenados.



David Trueba es un tipo que siempre que le he visto en televisión me ha dado muy buena onda. Este verano me interesé por este libro pero hasta este mes no lo he leído. Saber perder, precioso título, aunque muy difícil de aprender a hacerno. Por mucho que nos digan o nos intenten enseñar es muy difícil saber perder, no estamos preparados para ello. Un historia de perdedores que aceptan su destino. Lo importante es lo que te pasa durante el trayecto y no llegar al punto que nos hemos propuesto. Lo que si es cierto que de las 4 historias que se entrelazan unas nos llegarán más que otras.

2 comentarios:

Mónica Muñoz dijo...

Tremendas historias.
Es cierto que unas llegan mas que otras... pero a mi me caló y es de esos libros que recordaré con el paso del tiempo

Mork dijo...

A mi me gustó pero en el medio del libro como que flojea un poco, no avanza te das cuenta q poco a poco pierde fuelle luego al final lo arregla un poco. Saludos Mónica