sábado, mayo 04, 2013

El Poder de las Tinieblas | John Connolly

 

El Dodge Intrepid se hallaba bajo unos abetos encarado al mar, las luces apagadas y la llave en el contacto para mantener encendida la calefacción. Tan al sur no había nevado, aún no, pero se veía escarcha en el suelo. El único sonido que perturbaba la quietud en aquella noche invernal de Maine era el rumor de las olas que rompían en Ferry Beach. Cerca de la orilla se mecía un malecón flotante con altas pilas de redes langosteras. Tras el cobertizo de madera roja había cuatro botes tapados con lonas, y un catamarán amarrado a corta distancia de la rampa de acceso a las embarcaciones. Por lo demás, el aparcamiento estaba vacío.

La puerta del acompañante se abrió y Chester Nash subió apresuradamente al coche. Le castañeteaban los dientes e iba arrebujado en su largo abrigo marrón. Chester era un hombre pequeño y fibroso, con un bigote en medialuna que se extendía más allá de las comisuras de los labios. Él consideraba que el bigote de daba un aspecto distinguido; pero en opinión de los demás le daba un aspecto fúnebre, y de ahí su apodo: Chester el Alegre. Si algo sacaba de sus casillas a Chester Nash, era que la gente lo llamase Chester el Alegre.


Mas pronto que tarde sabía que me iba a volver a encontrar con el inolvidable ex-policía Charlie Bird Parker. En este libro nos volvemos a encontrar a un John Connolly pletórico, donde lleva a los personajes y a la historia a límites que no te imaginas. Cuidado con leer a este autor porque a partir de su lectura bastantes novelas negras te parecerán historias bastante huecas.

2 comentarios:

Mónica-serendipia dijo...

Como ya te comenté en "Todo lo que muere", impecable. John Connolly está simplemente espléndido cuando escribe sobre "Bird". Personajes, situaciones, sensaciones,... Hacía tiempo que no leía novela negra, negrísima, tan buena.

Mork dijo...

Tienes toda la razón Mónica, en breve leeré el tercero de la saga. ;)