sábado, enero 18, 2014

Los años de peregrinación del chico sin color | Haruki Murakami


Desde el mes de julio del segundo curso de carrera hasta enero del año siguiente, Tsukuru Tazaki vivió pensando en morir. Entretanto, cumplió veinte años, pero esa muesca en el tiempo no significó nada para él. Durante esos meses, la idea de acabar con su vida le parecía de lo más natural y legítima. Todavía ahora, mucho tiempo después, ignoraba la razón por la que no había dado ese último paso, a pesar de que, en aquel entonces, franquear el umbral que separaba la vida de la muerte le habría resultado más fácil que tragarse un huevo crudo.

Si Tsukuru no llegó a consumar el suicidio fue quizá porque su fijación con la muerte era tan pura e intensa que el modo en que podría suicidarse no se asociaba en su mente a una imagen concreta. En su caso, la concreción era más bien un aspecto secundario. De haber tenido a su alcance una puerta que condujese a la muerte, la habría abierto sin titubear, sin pensárselo dos veces, como una prolongación de su día a día, por así decirlo. Pero, por fortuna o por desgracia, no encontró a mano esa puerta.

Ahora, Tsukuru Tazaki se decía a menudo que tal vez hubiera sido mejor haber muerto entonces. Así, este mundo habría dejado de existir. La idea le seducía: este mundo no existiría y lo que él tenía por realidad ya no sería real. Del mismo modo que para este mundo él ya no existiría, el mundo tampoco existiría para él.


Hasta el día de hoy si salía un libro de Murakami tenía que leerlo; lo mismo me ocurría con Paul Auster. Pues después de leer, Los años de peregrinación del chico sin color, Haruki Murakami se irá al ricón del ostracismo igual que Auster. Se les ha terminado ese algo que tenían, que te alucinaba, te seducía, te entretenía, te enamoraba… Tiene que ser muy complicado fabricar las obras que estos autores crean, pero verles declinar en su trayectoría es un palo cuando en su momento fueron tus autores preferidos.

Una historia sobre la amistad, la felicidad, la soldedad, la madurez… Haruki repite hasta la saciedad la fórmula que le ha llevado al éxito mundial pero para nada esta obra se acerca a Tokio Blues, Sputnik mi Amor, After Dark, 1Q84, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Kafka en la orilla…

Si hubiese que definir este libro con una palabra; sería decepcionante. Si aún no lo has leído, ni se te ocurra, arriba mencionamos otras obras del autor que merecen mucho más la pena desde nuestro humilde punto de vista. ¿Estamos ante el final de la carrera de un genial y extraordinario escritor? el tiempo lo dirá. Pero tiene toda la pinta.

2 comentarios:

Isi dijo...

¿¿Qué te dije?? Ya sin leerlo sabía que era más de lo mismo.

¡Lo único que me fastidia es habértelo regalado yo!

PD: veo que entre los libros mencionados no está el carnero de marras... Por algo será :P

Mork dijo...

Tenía q leerlo, yo prefiero catar y opinar. Sin catar no vale ;)
No pasa nada, un regalo es un regalo y siempre significa mucho más q el regalo en si.

No quería ponerlos todos, pero ése no me desagradó de sobremanera como a ti.