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miércoles, octubre 14, 2009

Desgracia por J. M. Coetzee


Para ser un hombre de su edad, 52 años y divorciado, a su juicio ha resuelto bastante bien el problema del sexo. Los jueves por la tarde coge el coche y va hasta Green Point. A las 2 en punto toca el timbre de la puerta de Windsor Mansions, da su nombre y entra. En la puerta del número 113 le está esperando Soraya. Pasa directamente hasta el dormitorio, que huele de manera agradable y está tenuemente iluminado, y allí se desnuda. Soraya sale del cuarto de baño, deja caer su bata y se desliza en la cama a su lado.
-¿Me has echado de menos?- pregunta ella.
-Te echo de menos a todas horas- responde. Acaricia su cuerpo moreno como la miel, donde no ha dejado rastro el sol; lo extiende, lo abre, le besa los pechos; hacen el amor.
Soraya es alta y esbelta; tiene el cabello largo y negro, los ojos oscuroas, líquidos. Técnicamente, él tiene edad más que suficiente para ser su padre; técnicamente, sin embargo, cualquiera puede ser padre a los 12 años. Lleva más de un año en su agenda y en su libro de cuentas; él la encuentra completamente satisfactoria. En el desierto de la semana, el jueves ha pasado a ser un oasis de luxe et volupté.
En la cama, Soraya no es efusiva. Tiene una temperamento más bienapacible, apacible y dócil. Es chocante que en sus opiniones sobre asuntos de interés general tienda a ser moralista. Le parecen ofensivas las turistas que muestran sus pechos(ubres, los llama) en las playas públicas; considera que habría que hacer una redada, capturar a todos los mendigos y vagabundos y ponerlos a trabajar limpiando las calles. Él no le pregunta cómo casan sus opiniones con el trabajo mediante el cual se gana la vida.


He de reconocer que no sabía nada de este autor, J. M. Coetzee. He leído este genial libro gracias a Isi, realmente me ha encantado. Una historia donde un profesor prefiere complicarse y mucho la vida antes que dar a torcer su brazo. Hay un dicho que dice que debemos de ser como un junco y dejarnos mecer por el viento, así nos irán mejor la cosas, yo no soy de esa opinión, cada uno somos como somos y si pensamos que hemos hecho bien no debemos de modificar nuestra conducta o pensamientos. En un principio este personaje se nos pinta como un poco desagradable, a mi nunca me lo pareció y a lo largo de la historia vemos que las primeras impresiones siempre engañan. Una historia que no dejará indiferente a nadie.