Por fin hemos superado los primeros 1.000 km de la pretemporada, si es que cuando el tiempo respeta… ahora sólo falta que la rodilla también me respete y no vaya a más, que con lo que tengo es suficiente. Y a coger ese morenito ciclista tan característico que luego no hay dios que lo quite; da igual las sesiones tumbado tomando el sol.
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