domingo, octubre 07, 2012

Mátalos Suavemente | George V. Higgins


Amato -traje gris a finas rayas rojas, camisa de piqué rosa con las iniciales en el puño doble izquierdo, corbata granate y dorada- se sentó i los miró desde la mesa chapada en nogal con forma de riñón. -Lo reconozco, vaya par. Tenéis una pinta estupenda. Os presentáis cuatro horas tarde, hechos una mierda y apestando. Ni que acabaseis de salir de la cárcel, joder. -Culpa de este. Se ha retrasado. He tenido que esperarlo por ahí -dijo el primero. Ambos calzaban botas negras con incrustaciones de ante rojo. El primero llevaba un pocho verde militar, un raído suéter gris y vaqueros descoloridos. Era rubio, de pelo largo y patillas gruesas. El segundo vestía poncho verde militar, sudadera gris y unos sucios vaqueros blancos. Era moreno, el cabello le llegaba hasta los hombros y lucía una incipiente barba negra. -Tenía que guardar los perros -dijo el segundo-. Allí hay catorce perros, eso lleva su tiempo. No puedo largarme y dejarlos fuera. -También estás lleno de pelos. Te lo habrás montado con los chuchos, supongo -dijo Amato. -Eso es de meneármela, Ardilla -respondió el segundo-. Acabo de salir y no me lo he montado como tú, con un buen negocio esperándote, vaya chollo. Yo tengo que buscarme la vida.
 

Nada mas que me enteré de que la editorial Asteroide publicaba este libro me entraron ganas de leerlo, y no me he equivocado. Es una genial novela negra donde predominan los diálogos con gran sentido del humor y un ritmo muy pausado. Ha sido muy curioso este ritmo,  que en principio uno pensaría que va en contra de la historia pero ocurre todo lo contrario. Para todos los que somos amantes de la novela negra este libro es una obra magistral. Nuestra enhorabuena a Asteroide porque siguen publicando libros geniales.
Os dejamos el trailer de la película basada en este libro porque tiene muy buena pinta y en breve la veremos.

1 comentario:

carnet manipulador de alimentos dijo...

Andrew Dominik nos ofrece en 'Mátalos suavemente' un thriller intenso, con ritmo, repleto de escenas vibrantes y diálogos frescos, con humor y drama, una película de factura clásica pero que debe gran parte de sus hallazgos a contemporáneos como Tarantino o Michael Mann. La escena entre Brad Pitt y Tony Soprano, James Gandolfini, es soberbia. No es una obra maestra pero defraudará a pocos. Un saludo!!!