Mostrando entradas con la etiqueta libros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta libros. Mostrar todas las entradas

martes, noviembre 26, 2024

Tan Poca Vida | Hanya Yanagihara


En el undécimo piso solo había un armario y una puerta corredera de cristal que se abría a un pequeño balcón. Desde ahí se veía el edificio de enfrente, donde un hombre sentado fumaba al aire libre en camiseta y pantalón corto pese a ser octubre. Willem levantó una mano a modo de saludo, pero él no respondió. 

Jude estaba abriendo y cerrando la puerta del armario que se plegaba en acordeón cuando Willem entró en el dormitorio. 

—Solo hay un armario —comentó. 

—No importa —respondió Willem—. De todos modos no tengo nada que guardar en él. 

—Yo tampoco.

Sonrieron. La administradora de fincas apareció detrás de ellos.

—Nos lo quedamos —anunció Jude.

Sin embargo, de vuelta en la oficina la administradora les comunicó que no podían alquilar el piso.

—No ganan lo suficiente para cubrir el alquiler de seis meses, y no tienen ahorros. —De pronto se mostraba tensa. Tras comprobar las cuentas bancarias y su crédito, por fin se había percatado de que era un poco extraño que dos hombres de veintitantos años que no eran pareja intentaran alquilar un piso de un solo dormitorio en un tramo soso (aunque caro) de la calle Veinticinco—. ¿Cuentan con alguien que pueda avalarlos? ¿Un jefe? ¿Sus padres?

—Nuestros padres han muerto —se apresuró a responder Willem.

La administradora suspiró.



¡En la vida me había enfrentado a un libro así! Capaz de hacerte disfrutar de lo mejor y de lo peor. Para mi es una gigantesta historia sobre la AMISTAD… Un libro muy dulce y al mismo tiempo muy duro. Hanya Yanagihara es una autora que me ha cautivado con esta historia. Una recomendación, cuidado si os atrevéis a leer este libro porque no vais a salir indennes.



viernes, julio 12, 2024

Bajo Tierra Seca | César Pérez Gellida


El hombre de la cicatriz

Estación de ferrocarril de Zafra 
Provincia de Badajoz 
17 de abril de 1917, a las 9.56

Lo intenta, pero no logra que desaparezcan esos chillidos que se reproducen dentro de su cabeza. Tan agudos, tan estridentes, tan desesperados. 

Le atormentan. 

El hombre de la cicatriz en el rostro hace todo lo posible para no escucharlos, pero los oye como si fueran parte de su banda sonora vital. Tiene asumido que esos gritos le van a perseguir hasta el fin de sus días y, a pesar de ello, lo que le empuja a pensar que le convendría arrojarse a las vías del tren no es eso. Es tener la certeza de que si ella se lo pidiera de nuevo, volvería a hacerlo sin dudarlo.

Volvería a matar a sangre fría.

Volvería a desmembrar un cuerpo.

Volvería a alimentar a los marranos con su carne.

Como un animal salvaje enjaulado, el hombre de la cicatriz en el rostro camina de un lado a otro sin levantar la mirada de las desgastadas puntas de sus zapatos. Un mono azul de faena abierto hasta el pecho sobre una camiseta de tirantes que un día fue blanca y una gorra de obrero estajanovista completan su atuendo. Tanto de su aspecto como de su complexión física podría decirse que, 11 si bien en sus años mozos podía presumir de ser un tipo apuesto, hoy día no hay mujer en edad de merecer que se fije en él.




César Pérez Gellida es un autor que me encanta, tanto lo que cuenta como cómo lo cuenta. En Bajo Tierra Seca lo ha bordado, todos los libros que he leído de este autor ocurren en una época contemporánea, pero en esta ocasión César nos traslada a 1917 y eso hace que la novela sea más brutal. Como siempre el autor crea una maraña de personajes oscuros que van a hacer que no sueltes el libro hasta que lo termines. Merecidísimo el galardón de Premio Nadal 2024.


martes, junio 25, 2024

Baumgartner por Paul Auster

Baumgartner está sentado a su escritorio de la habitación de la planta alta, que, según los casos, denomina estudio, cogitorium o madriguera. Pluma en mano, va por la mitad de una frase del tercer capítulo de su monografía sobre los seudónimos de Kierkegaard cuando se da cuenta de que el libro donde viene la cita que le hace falta para acabarla está abajo, en el salón, donde lo dejó anoche antes de acostarse. Mientras baja a buscar el libro, se acuerda también de que ha prometido llamar a su hermana esta mañana, a las diez, y como ya es casi la hora decide ir a la cocina y hacer la llamada antes de recoger el libro del salón. Al entrar en la cocina, sin embargo, un olor acre y penetrante lo detiene bruscamente. Se está quemando algo, piensa, y mientras se dirige hacia el fogón, ve que se ha quedado encendido uno de los hornillos delanteros y que una llama persistente está corroyendo el fondo del cacillo de aluminio que ha utilizado tres horas antes para hacerse los dos huevos pasados por agua del desayuno. Apaga el hornillo y entonces, sin pensarlo dos veces, es decir, sin molestarse en buscar una manopla o un paño de cocina, retira del fogón el humeante y destrozado cacillo de hervir los huevos y se quema la mano. Baumgartner da un grito de dolor. Una fracción de segundo después suelta el recipiente, que cae al suelo con brusco y metálico estruendo, y luego, sin dejar de aullar de dolor, se precipita al fregadero, abre el agua fría, pone la mano derecha debajo del grifo y la mantiene allí durante los tres o cuatro minutos siguientes mientras el gélido chorro le baña la piel.


Siempre nos quedarán sus libros y sus entrevistas pero cuando uno de tus autores favoritos se esfuma es una putada, es ley de vida pero siempre prefieres que se vayan más tarde que pronto. Y por curiosidad teníamos que leer su último libro, de antemano ya sabíamos que no iba a ser su mejor libro ni uno de los mejores, pero para despedirnos de Paul Auster hemos leído Baumgartner. Y nos hemos llevado una pequeña sorpresa porque en sus primeras páginas nos cautivó como hizo hace 30 años cuando empezamos a leer sus mejores libros. A la mitad de la lectura si que ese embrujo se desvanece pero ¿quién es el mejor las 24 horas del día?…



jueves, diciembre 07, 2023

Dejar el mundo atrás | Rumman Alam


Bueno, hacía sol. Les pareció buena señal. La gente convierte cualquier nimiedad antigua en un presagio. Todo para decir que no había nubes a la vista. El sol estaba donde siempre está el sol. Un sol tenaz e indiferente.

Las carreteras confluían. El tráfico se congestionaba. Su coche gris era una campana de cristal, un microclima: aire acondicionado, el tufo de la adolescencia (sudor, pies, seborrea), el champú francés de Amanda, el roce de los desperdicios... Porque de eso siempre había: el coche era el reino de Clay, lo bastante descuidado como para que se acumularan calcetines inexplicables, el cascajo desprendido de las barritas de avena compradas al por mayor, un volante de suscripción para The New Yorker, un pañuelo de papel retorcido y petrificado con mocos, el plástico blanco retirado de una tirita a saber cuándo... Los niños siempre necesitaban tiritas; su piel rosa se abre como la fruta en verano.

El sol en los brazos les resultaba reconfortante. Los cristales estaban tintados con un protector que mantenía a raya el cáncer. Se comentaba que esa temporada iban a arreciar los huracanes, grandes tormentas con nombres como Alexis, Beatrice, Christina, Deanna o Evelyn. Amanda apagó la radio porque no le gustaba y porque todo era sexista, incluido el hecho de que Clay conducía, entonces y siempre. Claro que ella no tenía paciencia para sacramentos asociados a la conducción como aparcar en lados alternos de la calle o revisar el coche cada veinte mil kilómetros. Además, Clay se jactaba de esas actividades.


Últimamente ya no sabemos que leer, en esta ocasión vimos que se estrenaba en Netflix una curiosa película basada en un libro de Rumman Alam, Dejar el mundo atrás. Por supuesto que ni conocíamos al autor ni su obra, es infinito la cantidad de autores y libros que hay en el panorama actual.  Y en esta ocasión nos hemos llevado una grata sorpresa. Un relato donde aparentemente no ocurre nada pero realmente está ocurriendo todo, Rumman Alam con su manera de narrar teje una historia magnética y vibrante que te mantendrá entretenido a lo largo de todo el relato.



miércoles, junio 14, 2023

Huntington Beach | Kem Nunn

Ike Tucker estaba ajustando la cadena de la Knuckle el día que el forastero vino preguntando por él. Hacía calor y el pedazo de tierra de la parte de atrás de la gasolinera Texaco ardía bajo sus pies. El sol caía a plomo sobre su cabeza y arrancaba destellos brillantes al metal pulido.
—Tienes visita —le anunció Gordon. 
Ike dejó la llave inglesa y miró a su tío, que llevaba un mono de trabajo grasiento y una gorra de los Giants. Estaba apoyado en el quicio de la puerta del porche trasero, al otro lado del patio, y lo observaba desde allí. 
—¿También te has quedado sordo? —le preguntó. Quería decir sordo además de mudo—. Te he dicho que tienes visita. Alguien quiere hablarte de Ellen. 
Ike se limpió las manos en los pantalones, subió el escalón, pasó por delante de Gordon y entró en el local, donde además de la gasolinera había una pequeña tienda. Notaba la presencia de su tío detrás de él, alto y compacto, duro como una roca, que lo seguía mientras cruzaba el local entre los estantes de conservas y a lo largo de la barra, donde media docena de viejos se giraron en sus taburetes y se lo quedaron mirando. Sabía que cuando saliera seguirían así, con sus rostros consumidos vueltos hacia la puerta mosquitera y el destartalado porche, donde un enjambre de moscas se resguardaba del calor.


Es ese típico día que tienes que empezar a leer un libro y no sabes muy bien por cual decidirte. No se muy bien como Huntington Beach llegó a mi o yo llegué a él. Lo que si tengo claro es que este libro va a ser la sorpresa agradable de este año de mis lecturas. Me encantó la manera en que está escrito, la tématica que rodea a la trama y los escenarios donde transcurre todo. ¿Estás preparado para a compañar a Ike Tucker en la búsqueda de su hermana?



jueves, diciembre 29, 2022

La Apple de Tim Cook | Leander Kahney



Cuando Tim Cook asumió el puesto de CEO (Chief Executive Officer / director general) de Apple en 2011, el listón estaba muy alto. Una de las compañías más grandes e innovadoras del mundo acababa de perder a su visionario fundador. Steve Jobs y la compañía que había cofundado eran mucho más que iconos y, con su desaparición, los especialistas vaticinaron el desastre. Con la competencia cada vez más feroz de Android y la incertidumbre que se cernía sobre futuros productos, Cook tenía todas las de perder cuando asumió el puesto de capitán de la nave. 

Pero los críticos se equivocaron. Ocho años más tarde, y bajo el liderazgo de Cook, Apple está arrasando. Desde la muerte de Jobs, Apple ha alcanzado sus éxitos más rotundos, convirtiéndose en la primera compañía de más de un billón de dólares, la más valiosa del mundo. Su acción se ha triplicado prácticamente1. Sus reservas de caja se han cuadriplicado con creces desde 2010, hasta alcanzar la cifra record de 267.200 millones de dólares, a pesar de dedicar casi 220.000 millones de dólares2 en recompras de acciones y repartos de dividendos. Para poner la situación en contexto, el gobierno de los Estados Unidos3 dispone de una reserva de caja de solo 271.000 millones de dólares. 

Para hacerse una idea de lo enorme que se ha hecho Apple con Tim Cook como CEO, basta con tener presente que en el primer trimestre de 20184, momento en el cual estoy redactando estas líneas, la compañía presentó unas cifras de 88.300 millones de dólares de facturación y 20.000 millones de dólares de beneficios. En comparación, Facebook5, con más de 2.200 millones de usuarios activos, obtuvo tan solo 40.600 de millones de dólares en todo 2017. Por no hablar6 de que, en solo esos tres meses, Apple ganó casi tanto como lo cosechado por su rival, Microsoft —la que en su día fue la mayor compañía tecnológica—, en todo el año 2017, 90.000 millones de dólares. 

Apple, dirigida por Cook, está aplastando a la competencia desde todos los puntos de vista:



Con este libro he tenido sentimientos encontrados, por un lado me ha parecido interesante y he conocido cosas que desconocía sobre Tim Cook y Apple, pero por otro lado esperaba muchísimo más de este libro. Lo más positivo que le saco a esta lectura es conocer el perfil de Tim, silencioso y supereficaz. Muy distinto a Steve pero igual de singular y extraordinario. Si te apasiona Apple y tienes curiosidad por Tim puede ser una buena lectura, pero no te esperes nada extraordinario. 




martes, diciembre 20, 2022

El libro del sepulturero | Oliver Pötzsch


Viena, noche en el Prater, octubre de 1893

El potente haz de la linterna de petróleo se movía a tientas en la noche como un tentáculo fino y alargado. Su sigiloso revoloteo atravesó arbustos y árboles, recorrió un par de puestos de salchichas y tiovivos en la lejanía, palpó la elevada cúpula de la Rotonda y la pared trasera de un colorido teatrillo de títeres de cachiporra y se detuvo finalmente sobre la berlina de caja negra que se aproximaba desde el Prater a gran velocidad. El cochero refrenó los dos caballos y el carruaje se detuvo con las ruedas rechinando sobre la avenida principal del parque. Con una sonrisa burlona miró hacia atrás por la mirilla y, guiñándole un ojo a su pasajero, le dijo:

—Tan rápido como un vapor inglés. Hasta podría apuntarme al Derby del Prater. Servidor de usted, caballero... —Expectante, el hombre extendió la mano y Leopold, tal como habían acordado, le pagó el doble de la tarifa, incluso unas monedas más.

—Muchas gracias —respondió Leopold, y, acompañándose de un leve quejido, se incorporó en el asiento forrado de cuero. El trayecto infernal lo había dejado baldado—.



Cuando vemos portadas de libros que nos encantan nos entran unas ganas irresistibles de leer el libro, en muchas ocasiones nos llevamos un chasco pero es algo que no podemos evitar. En esta ocasión con El Libro del Sepulturero no nos hemos llevado ninguna decepción. Nos ha parecido superinteresante la propuesta de Oliver Pötzsch, un thriller histórico ambientado en la Viena de 1893. Lo que más nos ha llamado la atención es como se resolvían antes los casos nada que ver con la idea preconcebida que tenemos ahora. Si hay que ponerle una pega es que la historia al final como que se desincha un poco. Pero se compensa con los partículares personajes que nos vamos a encontrar en la historia.


miércoles, diciembre 07, 2022

Book Covers - Pete Garceau




El diseño editorial es una rama del diseño gráfico que nos encanta y más concretamente el diseño de portadas de libros. Comprendemos perfectamente lo dificultoso de esta tarea. Hoy os proponemos el trabajo de Pete Garceau, un genío diseñando, parece brutal la cantidad de registros que tiene. Super inspirador.




miércoles, noviembre 30, 2022

Resurgir. Vampirismi Sudamericani by Lorenzo Inca


 


Hoy con el primer café de la mañana me encontraba esta preciosidad en la web de Behance. Binomio perfecto Concepto + Estética. El culpable de esta hermosura es el director de arte y diseñador Lorenzo Inca. En su portfolio podréis ver muchas más portadas igual de interesantes.



viernes, noviembre 25, 2022

Fuego y Sangre | R. R. Martin


Los maestres de la Ciudadela, encargados de preservar las historias de Poniente, han utilizado la Conquista de Aegon como punto de referencia cronológica durante los trescientos últimos años. Al datar nacimientos, defunciones, batallas y otros sucesos se indica d. C. (después de la Conquista) o a. C. (antes de la Conquista).

Los auténticos eruditos saben que esta datación no es en modo alguno precisa. Aegon Targaryen no conquistó los Siete Reinos de la noche a la mañana; transcurrieron más de dos años entre el desembarco de Aegon y su coronación en Antigua, que ni siguiera puso fin a la Conquista, ya que Dorne seguía sin dejarse someter. Los intentos esporádicos de anexionar Dorne al reino se sucedieron durante todo el reinado de Aegon y hasta bien entrados los de sus hijos, motivo por el que no es posible definir la fecha exacta del final de las guerras de la Conquista.

Incluso la fecha de su comienzo se presta a confusión. Muchos suponen, erróneamente, que el reinado del rey Aegon Targaryen, el primero de su nombre, empezó el día en que desembarcó en la desembocadura del río Aguasnegras, al pie de las tres colinas, donde más adelante se fundaría la ciudad de Desembarco del Rey. Pero no fue así: el rey y sus descendientes celebraban el Día del Desembarco de Aegon, pero el Conquistador cifraba el principio de su reinado en el día en que el Septón Supremo de la Fe lo coronó y ungió en el Septo Estrellado de Antigua. Esta coronación se produjo dos años después del desembarco de Aegon, cuando las tres grandes batallas de las guerras de la Conquista ya llevaban mucho tiempo libradas y ganadas. Por tanto, se infiere que, en realidad, la mayor parte de la conquista de Aegon tuvo lugar del año 2 al 1 a. C. (antes de la Conquista).



Empecé a ver la serie y flipé con la estética y la historia, me dije si la serie está tan bien el libro tiene que estar 100 veces mejor, craso error. Menudo ladrillo de 880 páginas, le sobran 700 páginas sin ningún problema. Creo que el gran error es que R. R. Martin cambia su manera de narrar, en esta historia todo se ve desde el punto de vista de un archimaestre, esto junto con la bestialidad de nombres convierte a Fuego y Sangre en un mazacote muy difícil de digerir. Digno de destacar las ilustraciones del tomo y poco más… el que tenga ganas y fuerza que lo intente, yo casi muero en el intento. Lo terminé por cabezonería. Un libro para los muy entendidos creo yo.




miércoles, agosto 10, 2022

Forjada en la tormenta | David B Gil


Asaemon! -le susurró alguien al oído-. Asaemon, muchacho, ¡despierta!
El aludido se limitó a gruñir, pero un leve zarandeo lo obligó a abrir un ojo y buscar al culpable de tanta desconsideración. Se encontró con el rostro grave de Kasahara, quien fuera mano derecha de su padre mientras este vivía, principal valedor de Asaemon ahora que él ostentaba el puesto de maestro rastreador.
- Es su turno, Hikura-sama -dijo Kasahara a pecho lleno, engolando la voz para que todos supieran que lo trataba con la debida consideración.
Asaemon asintió, y aquel simple gesto le contrajo el cuello y los hombros, consecuencia de haberse quedado dormido de rodillas, sentado a la manera ceremonial. A su alrededor, decenas de miradas -graves, reprobatorias- lo atravesaban con desprecio. Ignorándolas, Asaemon tomó el arco que descansaba junto a él, se puso en pie con la ayuda del veterano samurái y avanzó por el patio empedrado del santuario Izumo Taisha.
Se hallaban en el décimo mes del calendario lunar, cuando los ocho millones de dioses que pueblan el mundo se congregan en la provincia de Izumo para rendir homenaje a Okuninushi, la deidad gobernante de dichas tierras. Durante unos días, Izumo se convertía en el hogar de todos los dioses y, en agradecimiento por este alto honor, los habitantes de la provincia se volcaban en el festival de Kamiari, cuyo desenlace tenía lugar esa noche en el torneo del arco y la flecha.




David B. Gil es uno de mis actuales autores favoritos, no me acuerdo como llegué a conocer su obra, lo que si sé es que cuando leí El guerrero a la sombra del cerezo, flipé. Me encantó leer una novela de temática oriental pero por un escritor europeo. Sé qué ese placer que tuve leyendo este libro no lo voy a volver a tener con ninguna de sus siguientes novelas, pero no por ello dejaré de leerle.

En Forjada en la tormenta nos encontramos con el mismo esquema que en sus dos libros anteriores y con unos personajes que no te van a dejar indiferente. Un libro para disfrutar de principio a fin.



domingo, junio 12, 2022

El hijo del padre | Víctor del Árbol


Unidad de Evaluación Psiquiátrica 

DE LAS NOTAS DE DIEGO MARTÍN 

Las presentes anotaciones corresponden a la transcripción de las páginas manuscritas encontradas en la celda de Diego Martín C. tras el incendio que tuvo lugar la madrugada del 14 al 15 de septiembre de 2011, motivo de la presente instrucción. Se ha contado con la ayuda de un grafólogo forense para descifrar la letra y ser fiel, en la medida de lo posible, al texto original. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que buena parte del manuscrito desapareció en el incendio. Diego Martín empezó a redactarlas probablemente a principios del mes de enero de ese mismo año 2011.

No voy a engañarte, todo lo que has oído sobre mí, y aun lo que no has oído, es cierto: secuestré a Martin Pearce, lo metí en el maletero de mi coche y conduje más de mil kilómetros hasta la Casa Grande. Una vez allí lo torturé durante tres días con sus largas noches y el 11 de noviembre de 2010 lo maté disparándole dos veces en la cabeza. Después llamé a la policía y me senté a esperar. 
Pero esa no es toda la historia. Ni siquiera es una parte fundamental. 
Lo primero que debes saber sobre mí es que desconfío por instinto de las mayúsculas. Especialmente de la Verdad. Se le suele dar mucha importancia a esa palabra, pero todos juegan con ella como niños con una copa de cristal: la manosean, la comprometen y la traicionan sin comprender ni su fragilidad ni su valor. La mayoría no sabe qué hacer con ella, de modo que fingen que no existe, a menos que puedan cambiarla por otra más conveniente. En cuanto a los que la empuñan y la revelan como si fueran portadores de la Llama Sagrada, me repugnan: se dan golpes de pecho, afirman que contar la Verdad es un acto de generosidad, pero a mí me parece que ofrecer lo que no se ha pedido no es generosidad, es egoísmo. 
Dicen que toda historia tiene un principio y un final, cuando en realidad somos nosotros los que elegimos un momento para empezar y otro para terminar nuestro relato. Escribir es una forma de ordenar y de dar sentido a aquello que no lo tiene; acotamos el infinito en unos corchetes de tiempo. Y también en este caso preferimos la versión que nos favorece, aunque deberíamos admitir que pocas historias son realmente extraordinarias cuando se observan desde la perspectiva adecuada; lo que ocurre es que las defendemos con uñas y dientes porque son lo único que tenemos. Somos lo que contamos de nosotros mismos, y en el relato somos mejores que en la vida.



Sin lugar a dudas el libro más duro y crudo que he leído de Víctor del Árbol, uno de mis autores preferidos de esta época. Una novela desgarradora donde en todo momento quieres que ocurra el desenlace para dejar de sufrir. Aunque la historia es dura es un libro que recomendamos pero no te esperes un final feliz.


miércoles, marzo 30, 2022

Hacia Rutas Salvajes | Jon Krakauer


EL INTERIOR DE ALASKA (I)

27 de abril de 1992

¡Recuerdos desde Fairbanks! Esto es lo último que sabrás de mí, Wayne. Estoy aquí desde hace dos días. Viajar a dedo por el Territorio del Yukon ha siso difícil, pero al final he conseguido llegar.

Por favor, devuelve mi correo a los remitentes. Puede pasar mucho tiempo antes de que regrese al sur. Si esta aventura termina mal y nunca vuelves a tener noticias mías, quiero que sepas que te considero un gran hombre. Ahora me dirijo hacia tierras salvajes.

ALEX

[Postal recibida por Wayne Westerberg en Carthage, Dakota del Sur.]

Jim Gallien se había alejado unos seis kilómetros de Fairbanks cuando divisó al autoestopista junto a la carretera, de pie en la nieve y con el pulgar en alto, tiritando en el amanecer gris de Alaska. No daba la impresión de ser demasiado mayor, puede que 18 años, 19 como mucho. De la mochila sobresalía un rifle, pero su actitud parecía bastante amistosa; un autoestopista con un Remington semiautomático no es algo que haga vacilar a un conductor del estado cuarenta y nueve. Gallien detuvo la camioneta en el arcén y le dijo al muchacho que subiera


Me esperaba mucho más de esta lectura, la historia es brutal, pero lo que no me ha convencido es el planteamiento del libro. Yo me esperaba más primera persona, pero claro es inviable ese enfoque. Pero vamos a lo que realmente me ha apasionado de Hacia Rutas Salvajes. Me ha encantado ese punto de inflexión donde una persona decide que el canon establecido no es para él. Tomar las riendas de la vida como uno piensa que es mejor sin hacer caso ni a la norma ni a los convencionalismos de una sociedad podrida y un mundo que merece la extinción. Chris McCandless llegó un momento en que hizo lo que quiso y como quiso, para ello tuvo que pagar un alto precio que ni el mismo sabía que pagaría. Una lectura muy recomendable para salirnos por unos días del yoismo.


jueves, enero 27, 2022

La Bestia | Carmela Mola


 Madrid, 23 de junio de 1834

Bajo el aguacero, que ha transformado el suelo arcilloso en un fangal, un perro famélico juega con la cabeza de una niña. La lluvia cae inclemente sobre las casucas, las barracas y los tejares miserables que parecen a punto de derrumbarse con cada ráfaga de viento. El Cerrillo del Rastro, no lejos del Matadero de Madrid, se inunda siempre que llueve.
Para llegar a este barrio pobre y olvidado, hay que bajar una rampa abrupta y salvar continuas cortaduras de terreno que forman barrancos aquí y allá. El agua golpea con fuerza en los tejados de hojalata, de paja, de ramas, penetra en las viviendas, crea charcos en la arena y cascadas en los taludes. No es extraño que nadie repare en el perro, en el gruñido juguetón con el que zarandea la cabeza que mantiene sujeta con los colmillos clavados en la mejilla.
Entre el estruendo de la lluvia, el gorgojeo histérico de una vieja arrodillada junto a un cadaver cubierto de barro en el fondo de un pequeño barranco.
_La Bestia.. vendrá a por todos. La Bestia nos matará…



Cómo disfruto con Carmen Mola, bueno con este trío de guionistas, Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, que porfín se han dignado a presentarse y desvelar quién estaba detrás del seudónimo Carmen Mola. En La Bestia nos vamos a encontrar una novela de aventuras divertida, entretenida, triste… donde vamos a disfrutar con todos los personajes pero sobre todo con Lucía una chica del arrabal dispuesta a todo para rescatar a su hermana pequeña. Todos los personajes están dibujados perfectamente por estos especialistas guionistas pero nosotros hemos sentido debilidad por Lucía y ese espiritu de lucha donde nunca da nada por perdido.

 

 

miércoles, septiembre 15, 2021

La Anomalía | Hervé Le Tellier

 
 
BLAKE

Matar a alguien no es nada del otro mundo. Basta con obrservar, vigilar, reflexionar mucho y, llegado el momento, vaciarse. Eso es vaciarse. Apañárselas para que el universo se contraiga, para que se contraiga hasta condersarse en el cañón de un fusil o en la punta de un cuchillo. Eso es todo. No hacerse preguntas, no dejarse llevar por la furia, seguir el protocolo, actuar metódicamente. Blake sabe cómo hacerlo, y lo sabe desde hace tanto que ya ni sabe cuándo empezó a saberlo. El resto cae por su propio peso.

Blake hace de la muerte de los demás su vida. Que nadie le venga con lecciones de moral. A la ética responde con estadísticas. Porque a Blake que le perdonen, pero cuando un ministro de Sanidad recorta los presupuestos, cuando suprime un escáner aquí, un médico allá y un servicio de reanimación acullá, ya se imagina que está acortando considerablemente la vida de miles de desconocidos. Responsable, no culpable, dicen. Blake es justo lo contrario. Y, de todos modos, no tiene por qué justificarse, le trae sin cuidado.

 

 

Nos encantan este tipo de historias donde el autor te propone un tema que te descoloca por completo, el desdoblamiento. ¿Os imagináis que en vuestra vida aparece un doble de vosotros que es idéntico a vosotros tanto físicamente como mentalmente, lo que se dice indistinguible? Si te gusta leer esta es una novela que no te puedes perder.




jueves, junio 24, 2021

La Anguila | Paula Bonet

 La línea curva y los dos puntos aprehendidos son en realidad una estructura de planos suaves y sombra proyectada que se funde con otras formas, y aunque se analicen con detenimiento no puede precisarse dónde acaban unas y empiezan las demás: una nariz no es la nariz en la que piensa al escuchar la palabra que la nombra.

Pintando aprendí a mirar, entendí que la realidad es mucho más compleja de lo que parece, la pintura me ayudó a resolver lo que no se puede decir con palabras y es en la mancha donde consigo entender algo. Observo en ella la urgencia, la duda, la calma o la furia de aquel o aquella que la ha trazado. Analizo si hay control en la técnica o si aquello es cosa de una mano torpe que todavía ensaya el gesto. Advierto si quien mancha es complaciente consigo mismo y con el mercado o si es un suicida. Tiemblo con la belleza de un arrastrado o de una veladura magnífica, me olvido de que estoy viva, siento el placer que se siente al introducir el cuerpo frío en una bañera de agua templada. O el que llega sigiloso cuando el otro coloca las manos sobre tus nalgas y las acaricia y las aprieta con deseo. el vapor del agua y la carne tibia. El aceite de la pintura y el fluido que empieza a deslizarse por la cara interior del muslo. El trago de vino y la inhalación del aceite de lino purificado. La tela tensada y la sábana con mancha.

 

Un libro incómodo que en ningún momento conecté con él. Me encanta el trabajo plástico de Paula Bonet pero como novelista no ha llegado a convencerme. Los únicos párrafos que me llegaban eran los que versaban sobre la técnica pictórica.




martes, abril 13, 2021

Novela de Ajedrez | Stefan Zweig



A bordo del trasatlántico que a medianoche debía zarpar rumbo a Buenos Aires reinaban la habitual acucia y el ir y venir apresurado de la última hora. Se confundían y se abrían paso a codazos los allegados que acompañaban a los viajeros; los mensajeros de telégrafos, con las gorras terciadas, recorrían los salones como flechas, gritando tal o cual nombre; se arrastraban baúles y se traían flores; por las escaleras subían y bajaban niños movidos por la curiosidad, en tanto que la orquesta tocaba briosamente la música de acompañamiento de la deck show. Un poco apartado de ese tumulto, estaba yo conversando con un conocido sobre el puente de paseo, cuando a nuestro lado estallaron dos o tres agudos fogonazos de magnesio; algún personaje destacado había sido entrevistado y fotografiado, al parecer, instantes antes de la partida. Mi acompañante miró hacia aquel lado y sonrió:

-Llevan ustedes un tipo raro a bordo, a ese Czentovic. 

Debo haber revelado con un gesto harta ignorancia ante esa noticia, pues mi interlocutor agregó en seguida a guisa de explicación: 

-Mirko Czentovic es el campeón mundial de ajedrez. Acaba de recorrer Estados Unidos, de este a oeste, interviniendo en torneos, y ahora se dirige a la Argentina, en procura de nuevos triunfos. 



Partiendo de que el mundo del ajedrez siempre nos ha fascinado, aunque sólo sabemos mover fichas. En esta novela Stefan Zweig utiliza el ajedrez como excusa para exponernos magistralmente los abusos de regimen nazi y esa complicada maquinaria que el ser humano tiene dentro de la cabeza. 
Siempre es un placer leer a  Stefan Zweig.


martes, marzo 30, 2021

Balzac y la Joven Costurera China | Dai Sijie


El jefe del pueblo, un hombre de cincuenta años, estaba sentado con las piernas cruzadas en medio de la estancia, cerca del carbón que ardía en un hogar excavado en la propia tierra; inspeccionaba mi violín. En el equipaje de los dos «muchachos de ciudad» que éramos para él Luo y yo, era el único objeto del que parecía emanar cierto sabor extranjero, un olor a civilización capaz de despertar las sospechas de los aldeanos.

Un campesino se acercó con una lámpara de petróleo para facilitar la identificación del objeto. El jefe levantó verticalmente el violín y examinó las negras efes de la caja, como un aduanero minucioso que buscara droga. Advertí tres gotas de sangre en su ojo izquierdo, una grande y dos pequeñas, todas del mismo color rojo vivo.
Luego, alzó el instrumento a la altura de sus ojos y lo sacudió con frenesí, como si aguardara que algo cayese del oscuro fondo de la caja de resonancia. Tuve la impresión de que las cuerdas iban a romperse de pronto y los puentes, a saltar en pedazos.
Casi toda la aldea estaba allí, bajo el tejado de aquella casa sobre pilotes perdida en la cima de la montaña.
Hombres, mujeres y niños rebullían en su interior, se agarraban a las ventanas, se apretujaban ante la puerta. Como nada caía del instrumento, el jefe aproximó la nariz al agujero negro y lo olisqueó un buen rato. Varios pelos gruesos, largos y sucios que sobresalían del orificio izquierdo comenzaron a temblequear. Y seguían sin aparecer nuevos indicios.
Hizo correr sus callosos dedos por una cuerda, luego por otra... La resonancia de un sonido desconocido dejó petrificada, de inmediato, a la multitud, como si aquella vibración la forzara a una actitud casi respetuosa



No soy muy asiduo de libros cortos pero por casualidad este libro cayó en mis manos y lo leí. Sabía que siendo un libro de la editorial Salamandra no me iba a decepcionar. Y lo que nos hemos encontrado es un relato escrito con sencillez, con un estilo directo y muy tierno aunque las situaciones que se describen son impactantes y causan bastante rechazo. Un libro sin pretensiones que te cautivará desde la primera página.



viernes, febrero 19, 2021

Los Papeles de Tony Veitch | William Mccilvanney


UNO 

Viernes por la noche en Glasgow, la ciudad donde las miradas se clavan en ti. Nada más bajar del tren en la estación central, Mickey Ballater volvió a sentirse en Escocia; no sólo eso, también se sentía devuelto a su pasado. Al llegar al gran vestíbulo se detuvo un momento, como un experto que quisiera acordarse de la fauna peculiar de la zona. 

Sin embargo, no vio nada especial que no pudiera ver en cualquier otro sitio. Le llevó su tiempo identificar la esencia del lugar. En lo fundamental, todas las ciudades vienen a decir la misma cosa; lo que cambia es la entonación. Ballater estaba tratando de volver a hacerse a la de Glasgow. 

Corrillos de personas con la mirada en lo alto, atentas a la serie de tableros donde se anunciaban las salidas de los trenes. Sus expresiones eran de amenaza, como si quisieran obligar a sus destinos respectivos a comparecer de inmediato. En los bancos de enfrente, dos mujeres rodeadas de bolsas de plástico con las compras daban la impresión de sentirse como en casa. Unos pasos más allá, un borrachuzo desastrado con una descomunal barba anaranjada — se diría que el hombre estaba dejándose crecer una manta para taparse por las noches — parecía sumido en una acalorada discusión con un cartel publicitario de Guinness. 

«No van a servirte ni una cerveza, amigo, déjalo correr.» Quien acababa de hablar era un hombrecillo que se había parado a mirar al borrachuzo; debía de tener más de sesenta años pero su expresión era viva y juguetona como la de un cachorro de meses. «Yo mismo me tiré una hora entera intentando que me pusieran una copa la semana pasada. — El hombrecillo miró un segundo a Mickey antes de largarse —. La esperanza es lo último que se pierde.»

 

Viniendo de la Editorial Salamandra y leyendo las críticas de, Los Papeles de Tony Veitch, me esperaba mucho, mucho más. Ha sido una lectura en la que en ningún momento he conectado. Para mi gusto demasiado plana, demasiado cotideana, y sin nada que te llame la atención en la trama. Igual que un monótono paseo que no te conduce a nada. A veces pienso que este libro ha sido demasiado exquisito para mi gusto.




jueves, enero 28, 2021

Propiedad Privada | Lionel Shriver


A Jillian Frisk, la experiencia de no caer bien le resultaba desconcertante. O, pensándolo bien, no lo bastante desconcertante, pues la tentación consistía siempre en considerar el punto de vista de su detractor. Desde hacía poco tiempo era consciente de la aversión de una mujer –siempre era otra mujer, y tal vez eso significaba algo, algo que en sí mismo no era muy agradable–, y se sentía torpe, sin saber qué hacer ni qué decir, perpleja y hasta un punto asustada. Paralizada. En presencia de alguien que la difamaba, lo que ansiaba era refutar lo que ella supuestamente tenía de tan detestable, fuera lo que fuese. Sin embargo, daba igual lo que dijera o hiciera; Jillian confirmaba sin querer las mismas cualidades que el/la sacafaltas de turno no podía soportar. ¿Vanidad? ¿Que era un bicho raro? ¿Histrionismo?

 Pues una faceta inherente al hecho de no caer bien pasaba por devanarse los sesos preguntándose qué era eso que tan radicalmente caía mal a los demás. Es muy raro que la gente lo diga a la cara, y uno se queda con una lista cada vez más larga de características odiosas que va confeccionando para los demás. Por ejemplo, ella se cebaba en su manera de vestir, degradándola de alegre a chillona, o incluso vulgar, hasta que comprobaba de repente que sus conjuntos poco convencionales de tiendas de segunda mano, con abundancia de chalecos de terciopelo, cinturones anchos, faldas de volantes y fulares más que suficientes para matar tres veces a Isadora Duncan, podían dar fe de un comportamiento que aspiraba a llamar la atención



No soy muy de lecturas de relatos pero en esta ocasión me he animado con Propiedad Privada de Lionel Shriver. Con este libro he tenido sentimientos encontrados la primera historia es deslumbrante por el medio nos encontraremos con relatos curiosos pero el relato de despedida se me ha hecho bola y casi no termino el libro. Pero me quedaré con lo positivo y esa primera historia que me cautivó.