viernes, febrero 19, 2021

Los Papeles de Tony Veitch | William Mccilvanney


UNO 

Viernes por la noche en Glasgow, la ciudad donde las miradas se clavan en ti. Nada más bajar del tren en la estación central, Mickey Ballater volvió a sentirse en Escocia; no sólo eso, también se sentía devuelto a su pasado. Al llegar al gran vestíbulo se detuvo un momento, como un experto que quisiera acordarse de la fauna peculiar de la zona. 

Sin embargo, no vio nada especial que no pudiera ver en cualquier otro sitio. Le llevó su tiempo identificar la esencia del lugar. En lo fundamental, todas las ciudades vienen a decir la misma cosa; lo que cambia es la entonación. Ballater estaba tratando de volver a hacerse a la de Glasgow. 

Corrillos de personas con la mirada en lo alto, atentas a la serie de tableros donde se anunciaban las salidas de los trenes. Sus expresiones eran de amenaza, como si quisieran obligar a sus destinos respectivos a comparecer de inmediato. En los bancos de enfrente, dos mujeres rodeadas de bolsas de plástico con las compras daban la impresión de sentirse como en casa. Unos pasos más allá, un borrachuzo desastrado con una descomunal barba anaranjada — se diría que el hombre estaba dejándose crecer una manta para taparse por las noches — parecía sumido en una acalorada discusión con un cartel publicitario de Guinness. 

«No van a servirte ni una cerveza, amigo, déjalo correr.» Quien acababa de hablar era un hombrecillo que se había parado a mirar al borrachuzo; debía de tener más de sesenta años pero su expresión era viva y juguetona como la de un cachorro de meses. «Yo mismo me tiré una hora entera intentando que me pusieran una copa la semana pasada. — El hombrecillo miró un segundo a Mickey antes de largarse —. La esperanza es lo último que se pierde.»

 

Viniendo de la Editorial Salamandra y leyendo las críticas de, Los Papeles de Tony Veitch, me esperaba mucho, mucho más. Ha sido una lectura en la que en ningún momento he conectado. Para mi gusto demasiado plana, demasiado cotideana, y sin nada que te llame la atención en la trama. Igual que un monótono paseo que no te conduce a nada. A veces pienso que este libro ha sido demasiado exquisito para mi gusto.




2 comentarios:

JLO dijo...

Algo así como ir a Glasgow no? ja... puede pasar... saludos

Mork dijo...

Si, demasiado inglesa para mi gusto. Lo has clavado ;)