La NASA bullía de excitación ante el lanzamiento. La sonda Galileo iba a despegar rumbo a Júpiter.
Los científicos de la agencia espacial más prestigiosa del mundo se habían pasado años intentando enviar al espacio esa sonda no tripulada. Por fin, el martes 17 de octubre, si todo iba bien, los cinco tripulantes del transbordador espacial Atlantis despegaráin desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida, junto con la sonda Galileo. Durante la quinta órbita de la expedición, cuando el transbordador volase a unos 295 kilómetros por encima del golfo de México, el equipo liberaría la sonda espacial de tres toneladas.
Una hora después, en cuanto la Galileo se separase del transbordador suavemente, su cohete de 1.500 kilos se encendería, y el personal de la NASA contemplaría esta exquisita muestra del ingenio humano embarcarse en una misión de seis años hasta el mayor de los planetas del sistema solar. Galileoseguiría una ruta necesariamente curva que sobrepasaría en una ocasión Venus y en otras dos la Tierra, e intentaría generar una corriente gravitatoria que la propulsase hasta Júpiter.
Creo que es el peor libro que he leído en mi vida, y he leído unos cuantos. Con lo difícil que es publicar un libro me parece mentira que una editorial reputada haya publicado este bodrio de 492 páginas donde se repite de una manera cansina una recopilación de historias de jóvenes hackers. No importa que el personaje en cuestión se llame Mendax, Phoenix, Par, Gandalf… la historia siempre es la misma, la única diferencia es que unos entran en los ordenadores de la NASA y otros en distintas universidades o empresas de telefonía con un moden y un ordenador… Cuando ví este libro supuse que entraría en un fascinante mundo de jóvenes genios relacionados con la red y los ordenadores, pues para nada, entré en un mundo lleno de tedio y repetición.
