lunes, junio 22, 2009
Beatus Ille | Muñoz Molina
Ha cerrado muy despacio la puerta y ha salido con el sigilo de quien a medianoche deja a un enfermo que acaba de dormirse. He escuchado sus pasos lentos por el pasillo, temiendo o deseando que regresara en el último instante para dejar la maleta al pie de la cama y sentarse en ella con un gesto de rendición o fatiga, como si ya volviera del viaje que nunca hasta esta noche ha podido emprender. Al cerrarse la puerta la habitación ha quedado en sombras, y ahora sólo me alumbra el hilo de luz que viene del corredor y se desliza afiladamente hasta los pies de la cama, pero en la ventana hay una noche azul oscura y por sus postigos abiertos viene un aire de noche próxima al verano y cruzada desde muy lejos por las sirenas de los expresos que avanzan bajo la luna por el valle lívido del Guadalquivir y suben las laderas de Mágina camino de la estación donde él, Minaya, la está esperando ahora mismo sin atreverse siquiera a desear que Inés, delgada y sola, con su breve falda rosa y su pelo recogido en una cola de caballo, vaya a surgir en una esquina del andén. Está sólo, sentado en un banco, fumando tal vez mientras mira las luces rojas y las vías y los vagones detenidos en el límite de la estación y de la noche. Ahora, cuando se ha cerrado la puerta, puedo, si quiero, imaginarlo todo para mí solo, es decir , para nadie, puedo hundir la cara bajo el embozo que Inés alisó con tan secreta ternura antes de marcharse y así, emboscado en la sombra y en el calor de mi cuerpo bajo las sábanas, puedo imaginar o contar lo que ha sucedido y aun dirigir sus pasos, los de Inés y los suyos, camino del encuentro y del reconocimiento en el andén vacio, como si en este instante los inventara y dibujara su presencia, su deseo y su culpa.
Antes de nada he de decir que para mi Muñoz Molina es uno de mis escritores españoles preferido, El primer libro que leí de el fue Plenilunio y me encantó, tanto en forma como en modo. En Beatus Ille nos volvemos a encontrar con una historia conmovedora, de medias verdades y muy bien hilvanada. Lo único menos positivo de esta lectura es que el autor narra la historia de una manera distinta a lo convencional que hace que el lector en momentos no se entere muy bien quien está contando esa parte de la historia. Creo que es muy intencionada esta sensación de ligera confusión para que el final sea redondo.
Etiquetas:
libros,
Muñoz Molina
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2 comentarios:
Andas perdido recogiendo pedacitos de historia, intentando averiguar qué pasó... pero tus pedacitos no hacen un todo hasta el final del libro!
a mi también me encanta muñoz molina, escribe de lujo.
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