lunes, octubre 29, 2018
El Salvaje | Guillermo Arriaga
Desperté a las siete de la noche después de una larga siesta. Hacía calor. Un verano demasiado caliente para una ciudad casi siempre fría. Mi cuarto se encontraba en la planta baja. Mi padre lo había construido con tablas de madera aglomerada junto al baño de visitas. Sin ventanas, iluminado por un foco pelón que colgaba de un alambre. Un catre, un buró pequeño. Los demás habitaban en la planta alta. A través de las paredes de solo dos centímetros de grosor podía escuchar su trajín diario. Sus voces, sus pasos, sus silencios.
Me levanté sudando. Abrí la puerta del cuarto y salí. Toda mi familia se hallaba en la casa. Mi abuela, sentada en el sofá café, veía un programa de concursos en la televisión, un mueble enorme que ocupaba la mitad de la estancia. Mi madre, en la cocina, preparaba la cena. Mi padre, sentado en el comedor, revisaba los folletos de su viaje a Europa. Era el primer vuelo trasatlántico de cualquier miembro de nuestra familia. Mis padres viajarían a Madrid la mañana siguiente y por dos meses recorrerían varios países. Acuclillado, mi hermano Carlos, seis años mayor que yo, acariciaba al King, nuestro perro, un bóxer leonado con una notoria cicatriz en el belfo izquierdo, producto de una cuchillada que un borracho le sorrajó cuando de cachorro le brincó encima para jugar. Dentro de su jaula, Whisky y Vodka, los periquitos australianos, saltaban ansiosos de una percha a otra en espera de que mi abuela los cubriera con un trapo para poder dormirse.
A menudo sueño con esa imagen de mi familia al despertar de la siesta. Fue la última vez que los vi juntos. A lo largo de los siguientes cuantro años todos estarían muertos. Mi hermano, mis padres, mi abuela, los periquitos, el King.
Gracias a Isi he podido disfrutar de esta genial lectura. Guillermo Arriaga ya me tenía conquistado con sus guiones y con El Salvaje ha ocurrido lo mismo. Me encantan las historias con un tono realista y sin miedo a la violencia porque es el pan nuestro de cada día. Hemos flipado con los matices de los personajes personajes y con las oscuras tramas, que como no, al final se cruzarán a la genial manera de Guillermo. Una joyita de libro escrito con un estilo directo que te va a llegar. Lo único negativo es que el final se hace un poco largo por la manera de desarrollarse el desenlace, pero es una lectura super recomendable.
Etiquetas:
Guillermo Arriaga,
libros
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