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domingo, noviembre 06, 2016

El invierno en tu rostro | Carla Montero



Octubre de 1990

Cráneos. La forma definida de los huesos bajo la piel de pergamino, transparente. Unas cuencas vacías la observan, suplican. Fantasmas en blanco y negro. Huele a polvora y a sangre. Los rusos borachos gritan canciones deafinadas que no puede entender. Están cerca, muy cerca. Ojos orientales y bocas podridas; aliento de vodka. La amenaza de un fusil y obscenidades a la cara. Na kaleni, Fashistakaia Suka! <>

Se despertó sobresaltada. Sudaba a pesar de que la manta se había deslizado hasta el suelo y el aire fresco le rozaba la piel. Tardó unos segundos en reconocer las siluetas familiares de su dormitorio y en recobrar el ritmo pausado de la respiración. Por una rendija de las contraventanas se colaba un rayo de luz cenicienta. La luz del amanecer incipiente.

Ya no podría volver a conciliar el sueño, lo sabía. Abandonó la cama sigilosamente. El suelo frío en las plantas de los pies la ayudó a despabilarse. Al dar el primer paso, herrumbroso como el de un juguete oxidado, notó la punzada de un dolor indefinido en la cadera. Sólo esperaba que no fuera un aviso de ciática; cuando la condenada se instalaba en la pierna, no había manera de desalojarla.


Leer este libro ha sido una tarea dura de verdad. Cuando te enfrentas a una historia de 766 páginas y desde el principio no te está convenciendo… es un suplicio. Pero como soy bastante cabezón no me iba a asustar la extensión de la novela. La intención de Carla Montero estaba muy clara, crear una gran historia de personajes con la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial de fondo.
A mi me ha parecido bastante forzado todo, un quiero y no puedo. He leído libros de este tipo de otros autores y la verdad que "El invierno en tu rostro" es un producto muy diluido. Una pena, porque Carla Montero me cautivó con "La tabla esmeralda" pero con sus dos últimos libros el efecto ha sido totalmente el contrario.

martes, junio 10, 2014

La piel dorada | Carla Montero


En Viena todo el mundo la conocía y se preciaba de conocerla. Todos la llamaban Inés, desde las criadas hasta las damas de más alta alcurnia. A veces, se referían a ella como la donna, pero únicamente porque creían que el acento que endulzaba su alemán era italiano. En realidad, nadie sabía nada de ella, ni quién era ni de dónde venía.
El inspector Karl Sehlackman estaba seguro de haberla visto por primera vez en un burdel; aunque por aquel entonces desconocía que se trataba de Inés y en ningún caso se hubiera esperado encontrarla en lugar semejante.
Si al menos se hubiera dejado ver en un prostíbulo de lujo en el centro de la ciudad, de esos que frecuentaban los caballeros nobles y adinerados… Pero no, aquello era un agujero del infierno escondido en un suburbio obrero, que estaba regentado por una tal madame Lamour. El inspector conocía bien a madame Lamour. Según su ficha policial, aquel nombre tan sugerente como poco imaginativo ocultaba la verdadera identidad de una mujerzuela tan vulgar como su nombre real: Gertrude Schmid. Frau Schmid era chabacana, granuja y una delincuente habitual, que acumulaba antecedentes por escándalo público, desacato a la autoridad, hurto, estafa, entre otros.


Me esperaba mucho más de este libro y de Carla Montero. Nos lo han vendido como una trepidante y arrebatadora historia. No voy a decir que sea un libro malo, pero en numerosas ocasiones me he aburrido bastante; y cuando uno lee un libro de estas características lo que menos se espera es aburrirse. Me ha dado la sensación de un quiero y no puedo.

miércoles, junio 27, 2012

La Tabla Esmeralda | Carla Montero


Florencia,
9 de abril de 1492

Lorenzo de Médicis ha muerto.

No era este el único pensamiento que pasaba por la cabeza de Giorgio. Por su cabeza circulaba un torrente de ellos. Unas veces, corrían rápidos y fluidos como las nubes por el cielo, otras, se arremolinaban como los mendigos en la puerta de una iglesia. Pero lo que sí era cierto es que todos sus pensamientos empezaban y acababan en el mismo lugar: Lorenzo de Médicis ha muerto. Su cadáver aún estaba caliente. Su viuda, sus hijos y sus amigos aún le lloraban. Florencia entera aún estaba conmocionada.

Sin embargo, Giorgio no se sentía angustiado por Lorenzo de Médicis, su familia o Florencia, sino angustiado por él mismo y por su propio destino. Había permanecido toda la noche y todo el día encerrado en su taller; primero, paralizado por la impresión de la noticia; después, tratando de resolver su situación.

Solo cuando el sol empezaba a ocultarse tras las colinas de la campiña toscana, decidió que lo mejor era regresar a Venecia, donde todo aquel asunto había empezado. Y se convenció de que debía hacerlo cuanto antes, aprovechando las sombras de la noche que se avecinaba.


No tenía ningún conocimiento sobre esta autora pero nada mas ver la portada de este libro no me pude resistir y comencé a leerlo. Desde la primera página es una historia que cautiva y atrapa. Carla Montero es una escritura que domina muy bien los tempos y el desarrollo para que en todo momento quieras saber más. Hay ocasiones en que me ha recordado mucho al antiguo Arturo Pérez Reverte; en aquellos libros que no podías parar de leer…
Estás preparadado para leer una entretenida historia? Todos apuestan porque será uno de los libros del verano, yo me he anticipado gracias a que cayó en mis manos una edición no venal. Lo que si os aseguro es que en breve leeré su primer libro, Una Dama en Juego.