De pronto cambió la brisa, fuerte, furiosa, enredando su largo pelo castaño. La cascada caía con magnificencia, el lejano murmullo del agua parecía suplicarle, pero ella se mantenía ausente, absorta en algún rincón de su cabeza donde sólo había silencio y luz. La cegó un momento, pero la instó a seguir. El zumbido en sus oídos no la torturaría más. Nada podía salir mal.
Él permanecía quieto, vigilante, aguardando el segundo preciso. Tenía ganas de vomitar. Dos gotas de sangre cayeron desde su nariz y mancharon su camisa franela, pero no pareció importarle. No se movió ni un centímetro, observando con ojos duros, vacíos, cómo el vestido de Lucía se levantaba constantemente por el viento. Tenía que dejarla ir, ayudarla a saltar…
Esto de ir a la Biblioteca Pública a por el libro de Irvine Welsh, Trainspotting y volver con La S7ptima M de Francisca Solar. ha sido un error. Sorprendido me he quedado de que este clásico no exista en esta Biblioteca. Y eso de elegir un libro únicamente por que te atraiga el verde de la portada, otro gran error. Lo reconozco; deformación profesional. Y la historia de La S7ptima M, pues ni fu ni fa. No va a ser un libro que os recomiende.