A las 1,15 a.m de aquella madrugada de comienzos de mayo se recibió en la comisaría central de Fujian una llamada telefónica anónima.
-Vayan rápidamente a El Dinero Borracho y el Oro Ebrio. Habitación 135. Acudan allí rápido, verán algo digno de la primera plana del Fujian Star.
El sargento LOu Xiangdong, el policía que descolgó el teléfono, había oído hablar de aquel lugar. Lo llamaban Karaoke, pero en realidad era un sitio conocido por los servicios sexuales encubiertos que allí recibían tanto funcionarios públicos corruptos como hombres de negocios. El Fujian Star era un tabloide local, fundado a mediados de los años 90. La llamada telefónica anónima aludía a unos escándalos que se estaban produciendo en la habitación dicha, justo en aquel preciso instante.
Lou había despertado malhumorado al sonar el teléfono. Había elegido el último turno de guardia sólo por el plus de nocturnidad. Solterón de treinta y tantos años, acababa de conocer a una chica encantadora con la que se vería en un restaurante barato al día siguiente; el plus de nocturnidad le serviría para pagar el dispendio.
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