sábado, mayo 14, 2011
Juego de Tronos | George R. R. Martin
-Deberíamos volver ya -instó Gared mientras los bosques se tornaban más y más oscuros a su alrededor-. Los salvajes están muertos.
-¿Te dan miedo los muertos? -Preguntó Ser Waymar Royce, insinuando apenas una sonrisa.
-Los muertos están muertos -Contestó Gared. No había mordido el anzuelo. Era un anciano de más de 50 años, y había visto ir y venir a muchos jóvenes señores-. No tenemos nada que tratar con ellos.
-¿Y de veras están muertos? -Preguntó Royce delicadamente-. ¿Qué prueba tenemos?
-Will los ha visto -Respondió Gared-. Si él dice que están muertos, no necesito más pruebas.
-Mi madre me dijo que los muertos no cantan canciones -intervino Will. Sabía que lo iban a meter en la disputa más tarde o más temprano. Le habría gustado que fuera más tarde que temprano.
-Mi ama de cría me dijo lo mismo, Will-replicó Royce-. Nunca te creas nada de lo que te diga una mujer cuando estás junto a su teta. Hasta de los muertos se pueden aprender cosas. -Su voz resonó demasiado alta en el anochecer del bosque.
-Tenemos un largo camino por delante -señaló Gared-. Ocho días, hasta puede que nueve. Y se está haciendo denoche.
-Como todos los días alrededor de esta hora -dijo Sir Waymar Roice después de echar una mirada indiferente al cielo-. ¿La oscuridad te atemoriza, Gared?
Will percibió la tensión en torno a la boca de Gared y la ira apenas contenida en los ojos, bajo la gruesa capucha negra de la capa. Gared llevaba cuarenta años en la Guardia de la Noche, buena parte de su infancia y toda su vida de adulto, y no estaba acostumbrado a que se burlaran de él. Pero aquello no era todo. Will presentía algo más en el anciano a parte del orgullo herido. Casi se palpaba en él una tensión demasiado parecida al miedo.
will compartía aquella intranquilidad. Llevaba cuatro años en el Muro. La primera vez que lo enviaron al otro lado, recordó todas la viejas historias y se le revolvieron las tripas. Después se había reído de aquello. Ahora ya era veterano de cien expediciones, y la interminable extensión de selva oscura que los sureños llamaban el bosque Encantado no le resultaba aterradora.
Anda que no me han insistido para leer este libro, mi desconocimiento era total y absoluto sobre el autor y la afamada saga. Creo que ahora con la emisión de la genial serie en televisión se hará aún más famosa.
Pues uno empieza con esta lectura y no le ve nada extraordinario aunque cada día me pregunten que qué tal, que por dónde voy, que si está emocionante… y la verdad que yo no le veía nada extraordinario hasta que más o menos te haces con todos lo personajes y empieza a desarrollarse la trama, por el segundo tomo. Aunque está catalogada como literatura fantástica, no os llevéis a engaño, lo que predomina son las intigras, las luchas, las traiciones… y George R. R. Martin es un genio a la hora de presentarnos los límites entre el bien y el mal que quedan desdibujados dependiendo desde el punto en el que uno se encuentre. He de reconocer que me ha gustado y que en breve atacaré los 2 siguientes volúmenes.
Etiquetas:
George R. R. Martin,
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