jueves, agosto 02, 2012

Choque de Reyes | George R. R. Martin


La cola del cometa rasgaba el amanecer, era una brecha roja que sangraba sobre los riscos de Rocadragón como una herida en el cielo rosado y violáceo.
El maestre estaba en pie en el balcón de sus aposentos, azotado por el viento. Allí era adonde llegaban los cuervos tras un largo vuelo. Sus excrementos salpicaban las gárgolas de tres varas que se alzaban a ambos lados del hombre, un sabueso infernal y un guiverno, dos entre varios millares que vigilaban desde los muros de la antigua fortaleza. Cuando llegó a Rocadragón, el ejército de seres de piedra lo ponía nervioso, pero con los años se había acostumbrado a él. En aquel momento los consideraba viejos amigos. Los tres juntos observaron el cielo como si fuera un mal presagio.
El maestre no creía en las profecías. Aun así, pese a su avanzada edad, Cressen nunca había visto un cometa ni la mitad de brillante que aquel, ni de aquel color, aquel color espantoso: el color de la sangre, las llamas, los ocasos… Se preguntó si sus gárgolas habrían visto alguna vez uno semejante. Llevaban allí mucho más tiempo que él, y allí seguirían mucho después de que muriera. Si las lenguas de piedra pudieran hablar…


Cuando te metes en el Universo de George R. R. Martin es difícil salir. Son lecturas muy extensas con demasiados personajes; pero al final merece la pena. En esta segunda entrega nos encontramos con lo mismo, odio, venganza, amor… y con personajes que tienen mucho que contar aunque hay alguno que poco porque este autor es muy aficionado ha ir cargándose a alguno por entrega.

1 comentario:

Isi dijo...

¡¡Y lo que te queda por leer!!
A este hombre le gusta sorprendernos para bien, o para mal :(