domingo, julio 14, 2019

Por encima de la lluvia | Víctor del Árbol



Tánger, julio de 1955

La presencia de las cosas de Enrique hablaba de su ausencia: las bolsas apiladas al fondo con la ropa que no se había llevado consigo, el cenicero con colillas de cigarrillos americanos que Thelma se negaba a vaciar, el anaquel de madera combado bajo el peso de libros viejos, los archivadores con carpetas llenas de papeles con su letra y con su firma, una caja de zapatos sin zapatos y el disco preferido de Enrique, Angel Eyes, de Matt Dennis, que ella escuchaba una y otra vez como una enfermedad que la contaminaba y que se agravaba día tras día. La enfermedad incurable del recuerdo.
Thelma debería haber arrojado todas aquellas cosas a una pira y contemplar cómo ardían, cambiar el color de las paredes, abrir al menos la ventana de la habitación para que el aire se renovara. Pero hacerlo habría significado aceptar que la ausencia de Enrique era definitiva, no esa manera de irse para volver otras veces. Y ella no estaba preparada. Todavía necesitaba llorarlo, maldecirlo, odiarlo y perdonarlo.
Cada noche se quedaba despierta hasta la madrugada y, como un mono que repite, sin comprender sus reglas, un juego que le han enseñado, sus pies la arrastran hasta el baño para acariciarse las mejillas con la brocha de afeitar de Enrique o ponerse su albornoz, peinarse con su peine, lavarse los dientes con su cepillo y buscar en el transistor la emisora que él escuchaba mientras se vestía por las mañanas.


Sin lugar a dudas Víctor del Árbol es uno de mis autores fetiches, todos los libros que he leído de él me han encantado pero con éste tengo sentimientos encontrados. Indudablemente es un libro que está muy bien escrito pero en esta ocasión desde mi punto de vista, Víctor del Árbol, maneja demasiadas historias y ese entrelazar no es tan genial como en otras ocasiones. Y es ahí donde el autor es un auténtico genio, si esa pata del banco cojea mal vamos. Además al tratar con tantos temas diferentes, enfermedad, vejez, abusos, maltratos, insatisfacción… el libro te crea un poco de rechazo cada vez que tienes que continuar con la lectura. Pero bueno, este autor es un imprescindible de los amantes de la lectura e indudablemente hay que leer todo lo que escriba. Si aún no has leído nada de este autor te recomendamos que el primer libro que leas de él sea Un millón de gotas.

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