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viernes, febrero 07, 2014
Legado en los huesos | Dolores Redondo
Localizó la tumba guiándose por la línea que el agua había dibujado en el suelo al caer desde el alero de la casa. Se arrodilló y de entre sus ropas extrajo una palita de jardín y una piqueta con las que desconchó la superficie compacta de la tierra oscura, que se desprendió en terrones húmedos y esponjosos, destilando un aroma rico como a madera y musgo.
Con cuidado, fue eliminando capas de unos pocos centímetros hasta que, mezclados con la tierra, aparecieron jirones ennegrecidos de tela podrida.
Excavó con las manos apartando la prenda en la que aún se adivinaba una mantita de cuna que se deshizo al tocarla, descubriendo el paño encerado que envolvía el cuerpo. Apenas se veían restos de la cuerda que lo había atado, dejando sobre el lienzo un dibujo marcado y profundo allí donde lo ciñó. Retiró los residuos del cordel, reducido a pulpa entres sus dedos, y acarició la superficie buscando el borde del lienzo que, aun sin verlo, adivinó con varias vueltas de tela. Hundió los dedos en el extremo del hatillo y rasgó la mortaja, que se abrió como si usase un cuchillo.
El bebé yacía enterrado boca abajo como si durmiera acunado en la tierra; los huesos, como el mismo lienzo, aparecían bien conservados aunque teñidos por la tierra oscura del Baztán.
Lo de leer esta segunda entrega ha sido por pura curiosidad, en un principio me daba la sensación de que sería más de lo mismo, pero al ir avanzando y avanzando la historia me ha llegado a atrapar. Con lo que más he disfrutado ha sido con el desarrollo de los personajes de el guardían invisible y sobre todo con Amaia Salazar.
Si hay que decir algo negativo, es que en esta historia hay bastantes momentos que huelen al Silencio de los Corderos, pero en ningún momento se llega a alcanzar el climax que en la película.
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lunes, enero 06, 2014
El guardián invisible | Dolores Redondo
Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajuan, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal.
Cuano la avisaban de madrugada para acudir al escenario de un crimen, la inspectora Amaia Salazar siempre realizaba el mismo ritual: apagaba el despertador para que no molestase a James por la mañana, cogía su ropa y su teléfono formando un montón y bajaba muy despacio las escaleras hasta llegar a la cocina. Se vestía mientras tomaba un café con leche y dejaba una nota para su marido, para meterse después en el coche y conducir absorta en pensamientos hueros, ruido blanco que siempre ocupaba su mente cuando despertaba antes del amanecer y que la acompañaban como restos de una vigilia inconclusa, a pesar de conducir durante más de una hora desde Pamplona hasta el escenario donde una víctima esperaba. Trazó una curva demasiado cerrada y el chirrido de las ruedas le hizo tomar conciencia de los distraída que estaba; se obligó entonces a prestar atención a la sinuosa carretera ascendente que se adentraba en los tupidos bosques que rodeaban Elizondo.
Si he de ser sincero lo primero que me llamó la atención de este libro fué su portada, y más concretamente me llamó la atención que la foto de portada estuviese girada 90 grados. Está claro que al girar la imagen buscan un efecto inquietante; pero no lo consiguen en ningún momento. Lo que consiguen es que te des cuenta que visualmente ahí algo no funciona.
Dolores Redondo crea un relato policiaco muy particular y con visos de varias entregas. Me ha llamado mucho la atención todo lo referente a la mitología vasca y como lo entreteje con la trama. Es una novela fresca, directa, fácil de leer y con la finalidad de entretener . Si hay que decir algo menos positivo, es que hay ocasiones en que el ritmo de la historia se ve algo frenada debido a la gran importancia que la autora le da al escenario donde trascurre la historia. En general si te apetece un libro sin complicaciones y con tintes policiacos, éste puede ser una buena opción.
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