Aquí comienza mi libro, Katrine, el año en que se construyó la casa de Aludden. Para mí, fue algo más que el lugar donde vivimos mi madre y yo, fue donde me hice mujer. Ragnar Davidsson, el pescador de anguilas, me contó una vez que la mayor parte de la casa se construyó con los restos del naufragio de un barco alemán que transportaba madera. Le creo. En la pared corta del altillo del establo, sobre un grueso tablón, están grabadas las palabras: EN RECUERDO DE CHRISTIAN LUDWIG. He oído a los muertos susurrar a través de las paredes. Tienen tanto que contar…
Valter Brommesson está sentado en el interior de una casita de piedra en Aludden y reza a Dios con las manos juntas. Ruega que las olas y el viento, que esta noche sopla desde el mar, no destrocen sus dos faros.
No es la primera vez que hace mal tiempo, pero nunca había visto una tormenta como esta. Una pared blanca de hielo y nieve procedente del nordeste, que ha tenido todo el trabajo de contrucción.
Señor, permítenos finalizar las torres.
Brommesson es constructor de faros, pero esta es la primera vez que construye faros de lentes en el mar Báltico. Llegó a Öland el mes de marzo del año pasado e inmediatamente se puso a trabajar: contrató personal, encargó arcilla y piedra y alquiló fuertes caballo de tiro.
La fresca primavera, el caluroso verano y el soleado otoño fueron agradables en la costa. El trabajo marchó bien y ambos faros se elevaron lentamente hacia el cielo.
2 comentarios:
Es cierto, La hora de las sombras, es un poquito mejor. Pero igual de interesante la trama y el final.
Una lectura recomendable.
A mi me gustó mucho más el otro era más lioso y mas sorprendente el desenlace. Saludos Garci
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