jueves, octubre 31, 2019
Three Uncles by Studio NinetyOne
Nos encantan los trabajos de Studio NinetyOne, sencillos, directos y especiales. En esta ocasión queremos mostraros unas de sus últimas piezas, Three Uncles. ¡Flipando con los neones!
Etiquetas:
behance,
diseño gráfico
miércoles, octubre 30, 2019
lunes, octubre 28, 2019
El pájaro espectador | Wallace Stegner
En una mañana de febrero en la que un frente frío avanza desde el Pacífico, aunque todavía no ha llegado del todo, los vientos son variables y racheados, las nubes parecen aplastarnos y un chaparrón de lluvia fina oscurece de cuando en cuando las losetas de la terraza, este lugar no se ajusta a ninguno de esos clichés sobre California con los que anuncian las Ciudades del Sol para el Crepúsculo de sus Días. Ni cielos monótonos, ni mañanas frías y nubladas, ni tardes plácidas que se funden con anocheceres frescos. Éste es el tiempo de los mares del Norte. El cielo hierve de nubes, el sol relumbra de vez en cuando como el ojo que abre un paciente drogado y el breve rayo de inteligencia que proyecta ilumina los montes y convierte una urbanización lejana en una vista de Toledo.
Unos rascadores pardos bien gorditos se van juntando unos con otros disimuladamente, las palomas torcaces cuellirrosas rebuscan comida entre la hierba, el campo vecino se llena de golpe de petirrojos que aparecen como hojas volanderas, comiscan un rato y se marchan todos juntos como si obedeciesen a una orden. Desde el estudio puedo ver a los chochines y herrerillos posados en la encina. Éste es el quinto año consecutivo que los chochines anidan en el mismo agujero y andan muy atareados: colas agitadas entrando y cabezas afiladas con franja blanca en las cejas saliendo. Son agresivos y malhumorados y yo, ocioso, me pregunto por qué, siendo como soy igual de picajoso que los chochines, prefiero con mucho a esos herrerillos tan sociables. Tal vez sea porque los herrerillos hacen lo que pensé que íbamos a hacer nosotros aquí, perder el tiempo sin hacer nada, no estar sujetos a horarios ni obligaciones, dar patadas a las hojas, jugar al escondite subiendo y bajando por los troncos de las encinas y pasárnoslo bien.
Mi primer contacto con la obra de Wallace Stegner fue, En lugar seguro, un libro para enamorarse de la lectura. Con el pájaro espectador no me ha ocurrido lo mismo, no he llegado a conectar con esta lectura y como bien dijo Bodalaire: "no se puede ser sublime sin interrupción". Además me acabo de dar cuenta que es un libro que ya había leído y que tengo reseñado en el blog. Y por lo que puse en su momento creo que cada vez que lo leo me gusta menos.
Etiquetas:
libros,
Wallace Stegner
viernes, octubre 25, 2019
Nike Swoosh Art
Etiquetas:
Blog,
diseño gráfico
jueves, octubre 24, 2019
Love Creative
Etiquetas:
diseño gráfico,
labeling
Bruegel 100 years
Señalética un poco invasiva pero curiosa en su concepto. Es curioso porque puede ser visto como algo bello o una aberración. Bruegel 100 years.
martes, octubre 22, 2019
Lettering by Tamara Arkatova
Comenzamos la semana con lettering del bueno y original a cargo de
Tamara Arkatova. Super inspirador...
Etiquetas:
behance,
lettering,
tipografía
miércoles, octubre 16, 2019
La red púrpura | Carmen Mola
La mujer aguarda dentro del coche, abstraída del ambiente navideño. Al principio ha pensado que la radio podía servir de entretenimiento, pero no soporta la euforia impostada de los locutores, la obligación de transmitir alegría a los oyentes. La publicidad radiofónica, ya de por sí cargante, le resulta insufrible en estas fechas. Un villancico más y se abre las venas. Apaga la radio, ella no está para celebraciones.
Mira el reloj. Es tarde, la espera se está alargando más de lo previsto. Cansada, se deja hipnotizar por el tráfico, por las luces de neón, por la muchedumbre amorfa que baja por la calle. Sale del coche para estirar las piernas y nota el frío de diciembre en las orejas, en la nariz, en el pelo. Camina hacia el Mercado de San Miguel y se asoma a la plaza Mayor por la calle de Ciudad Rodrigo. Imposible distinguir en esa marea humana al hombre al que ha venido acompañando.
Cuando vuelve al coche, hay dos policías municipales tomando nota de la matrícula. Corre hacia ellos, se disculpa como puede. Ya se va, su marido está comprando un árbol de Navidad en el mercadillo, es solo un minuto. Tiene suerte: la multa no está en la red todavía y el policía de la libreta la conmina a buscar un parking. Inútil explicarle que están todos llenos; es mejor mover el coche, no arriesgarse a un cambio de humor de última hora, dar una vueltecita y rezar para que se hayan ido los municipales, pues su intención es parar en la misma esquina y subir dos ruedas a la acera para permitir el paso de otros vehículos.
Después de lo que gozé con el primer libro, La Novia Gitana, no he tenido ninguna duda en leer a continuación La Red Púrpura. No he disfrutado tanto como con el primer libro, no es tan redondo. Hay ocasiones que el desenlace de situaciones es demasiado rápido e incluso como que la diosa fortuna ayuda bastante, pero sigue siendo igual de adictivo y entretenido. Con lo que si he disfrutado es con el desarrollo de los personajes, en particular con el de Elena Blanco, es lo que tienen las sagas que al final casi es tan importante la trama principal como el crecimiento de los protagonistas. Supongo que habrá una tercera entrega y sin lugar a dudas la leeré. Destacar que si tienes la posibilidad de leer los dos libros seguidos no lo dudes porque La Red Púrpura es una continuación de La Novia Gitana.
Etiquetas:
Carmen Mola,
libros
miércoles, octubre 09, 2019
Shohei Otomo
Etiquetas:
ilustración
martes, octubre 08, 2019
Chad Michael again…
Etiquetas:
CRACK,
diseño gráfico,
labeling
jueves, octubre 03, 2019
3 Kaveria
Hoy os mostramos esta sencilla pero impactante creación de marca, 3 Kaveria. También alucinando con toda la imagen que la acompaña.
Etiquetas:
behance,
diseño gráfico,
labeling,
packaging
martes, octubre 01, 2019
The Gravity by Alexander Yakovlev
Etiquetas:
fotografía
La novia gitana | Carmen Mola
Al principio parece un juego. Alguien ha encerrado al niño en un lugar oscuro y él tiene que intentar salir de allí por sus propios medios. Lo primero sería encontrar el interruptor de la luz, pero el niño no lo busca porque piensa que la puerta se va a abrir en cualquier momento.
La puerta no se abre.
También puede ser un concurso de resistencia, gana el que pasa más tiempo en silencio, el que no pide ayuda. El niño pega la oreja a la puerta de madera, desportillada. Oye un ruido ensordecedor, una moto que arranca y se aleja. Entonces comprende que está solo. Si empezara a gritar, notaría el eco de su voz en ese espacio lóbrego, lleno de polvo y humedad; pero está tan asustado que no le sale ni el llanto.
Ahora sí tiene que encontrar el interruptor de la luz. Tantea la pared. Evita los obstáculos, despacio, para no caerse. Hay una bombilla en el techo, tiene que haberla. La habitación cuenta con una ventana estrecha y alargada, en la parte superior de la pared, pero el sol se ha puesto hace una hora y ya solo quedan las primeras sombras de la noche.
No sabe por qué lo han encerrado.
En sus pasos de sonámbulo por la oscuridad tropieza con lo que parece una lavadora. Podría probar a ver si funciona, por lo menos le acompañaría el ruido del agua dando vueltas en el tambor; pero no lo hace. Sigue explorando el lugar, acariciando la pared con una mano, como un ciego. Quiere encontrar el interruptor, pero sus dedos golpean el mango de una herramienta. Es una pala que cae al suelo con estrépito.
Silencio, luces, cámara y acción. Me he quedado fascinado con esta novela, más que leer un libro ha sido como ver una película. Una prosa contundente, sencilla, directa, llena de giros que no paran de sorprenderte y como colofón final una última página que te dejará con la boca abierta y los pelos como escarpias. Sobre los personajes poco podemos decir, bien dibujados, pero Elena Blanco te va a cautivar aunque tenga todos los clichés del género. Y lo de la autora o autor también nos ha dejado descolocados; en estos tiempos en que todo debe de ser apariencia pues llega esta escritor@ y dice que no quiere saber nada de nadie, que le dejen en paz que quiere seguir con su vida anónima y que no nos va a decir quien es. Con dos ovarios o dos cojones vamos.
Si quieres leer una novela negra donde no hay una página de respiro y en el momento en que la empieces no vas a querer dejar de leerla, esta es la mejor opción.
Etiquetas:
Carmen Mola,
libros
Suscribirse a:
Entradas (Atom)